28.08.2013 21:55

Si compartes es porque te has "emotionware".

El primer ordenador que tuve fue un Amstrad CPC GT64. A pesar que CPC fuesen las iniciales de "Personal Computer Color", su pantalla era tan solo de color verde. Desde entonces, la informática y yo hemos tenido una relación "amor-odio". El principal problema que encuentro con este tipo de relaciones es que se van creando resentimientos hasta tal punto que la sensación puede producir malestar, aversión y finalmente odio.

Hubo un tiempo en que la información te daba poder. No compartías con nadie por temor  a que otros se beneficiasen. Tu código fuente era el bien mas preciado, aunque fuese un código que muriese en un simple END.  

 

Algo de anfetaminas digo yo que debía llevar en su genética el viejo Amstrad,  porque con el tiempo se han ido ensamblando las fases iniciales hasta límites insospechados, convertiéndose ahora en una sensación narcótica o mejor dicho, proveedora de endomorfinas, que suena mejor.    

La realidad es que la relación ha mutado. El gen egoísta ha sido sustituido por uno más generoso y todo gracias a un nuevo lenguaje de programación o mejor dicho, de comunicación. Nuestras abreviadas frases, utilizan verbos diferentes de aquellos con los que aprendimos a hablar, verbos que los podemos llamar "verbos sociales", por ejemplo, compartir, conectar, seguir, gustar, tuitear, retuitear, pinear... no sé, pero a mí me gustan más que los "clásicos", ser, haber o tener.

El impacto ha sido bestial con la nueva era Internet, los servicios en la nube, las nuevas tecnologías y las redes sociales, dónde tod@s aprendemos de tod@s, han hecho posible adaptar tu vida a un "diseño responsivo" como si de una página web se tratase, algo realmente importante en nuestro presente-futuro y en cualquier sector profesional.

En turismo, gracias a las redes sociales, la información viaja con pasaporte en mano de un viajero a otro, sin edulcorante ni adulterado. Es la comunicación de tú a tú, dónde la gente más anónima es la más respetada e influyente.

 

Mientras las organizaciones mundiales más importantes de turismo y autores del sector, no se ponen de acuerdo en quien va primero, si el recurso o el turista, y mucho menos en sus definiciones, clasificaciones o jerarquías, el turista social, el que escribe en alto usando esos verbos sociales de lo que antes hablaba, "comparte, comparte y comparte al emotionware" con su recurso particular, convirtiéndolo en "el atractivo turístico más social de la red”, por cierto, decir de paso que hay un repertorio importante de ellos en cada lugar. De esta forma cada uno puede descubrir un atractivo y algo que antes no lo era, convertirlo, tecleando "compartir". Se me ocurre, una comida, un paisaje, un sonido, cualquier rincón del mundo… siempre que genere emotionware y se comparta, puede dar lugar a una actividad turística y convertirse en un nuevo recurso.

Por lo tanto, si en la "ley de metafísica" causa efecto, a toda causa le sigue un efecto y nada sucede por casualidad, en la nueva era internet y con las TIC tenemos la "ley de metared" dónde si compartes es porque te has emotionware.

Basándome en esta nueva ley que me he sacado del teclado viajaremos con Un Guía en la Red en este nuevo espacio.

 

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